Son inquietantes, los fenómenos que produce la estatua del temible caballero medieval Joffre el del Gran Diente. Cuando uno está investigando entre las ruinas del antiguo castillo de Lusignan y cerca de aquella (escultora: Jane Conil) al caer la noche, siente cómo sus adentros se inquietan y estremecen.
La proximidad de ese monumento transmite una fuerza brutal con la luz menguante (perfecta para la aparición del hada Melusina) y un magnetismo inusuales. Cada segundo de este vídeo lo refleja. Joffre II de Lusignan, apodado el del Gran Diente, ese caballero que no conocía el miedo y que vivió a caballo, nunca mejor dicho entre los siglos XII y XIII, era hijo de dos madres: una sobrenatural, Melusina y otra de carne y hueso, Eustaquia Chabot. Pero acaso ¿no eran una sola mujer? Esa es otra historia. Por ahora, deja que la piel de gallina y la perplejidad te invadan.